Es un viaje por el pasado del videojuego, una puerta a la historia de una industria que no lleva entre nosotros ni medio siglo. Time Machine sigue la senda de otros dispositivos orientados a mostrar un pedacito del ocio electrónico del pasado -la serie de consolas Mini de Nintendo o las Retron de Hyperkin son algunos de los ejemplos más ilustrativos de esta tendencia-, solo que la máquina diseñada por Toad trata de enseñarlo todo: desde el Pong que Atari creó en 1972 para los establecimientos de medio mundo hasta el último 'King of Fighters' que surcó los circuitos de una placa Neo-Geo, pasando por las decenas de consolas y ordenadores de 8, 16, 32 y 64 bits que han formado parte del sector.
Pero es en el exterior donde reside el principal encanto de esta retroconsola y donde Toad ha puesto su sello. Fabricada a mano en madera lacada, Time Machine incorpora una palanca profesional Zippy y diez pulsadores -seis de ellos de juego, dos para elegir el número de jugadores y otros dos para manejar las distintas opciones de cada emulador-, al estilo de las máquinas recreativas. Un botón más, con la icónica imagen de una moneda de 25 pesetas, permite al jugador insertar los créditos como si de una máquina real se tratara.
Sencillo, funcional y atractivo, el aspecto de la máquina es sin duda lo más destacado del conjunto y solo se ve lastrado por dos particularidades. Por un lado, el cable que dota de suministro eléctrico al dispositivo es demasiado corto, lo que obligará al jugador a disponer de un enchufe cerca. Por el otro, el dispositivo pesa muy poco y es que los 10 milímetros de espesor que tiene la madera dan al conjunto un toque de fragilidad, si bien no se ha resentido en ningun momento durante las pruebas.
El software
Más allá del diseño del sistema, uno de los elementos claves de la Time Machine es el 'software' con el que viene la máquina, Emulation Station, un programa capaz de emular alrededor de medio centenar de sistemas de todas las épocas: desde la NES de Nintendo hasta el Commodore Amiga, pasando por sistemas arcade a través de MAME o la primera PlayStation. Lo que han hecho Juan José Ovies y su socio Germán Palacio desde su empresa ha sido adaptar ese 'software', que incluyen en una tarjeta Micro SD, a la palanca y los botones que ellos han diseñado para que su funcionamiento sea tan sencillo como enchufar y ponerse a jugar.
Pero es en el exterior donde reside el principal encanto de esta retroconsola y donde Toad ha puesto su sello. Fabricada a mano en madera lacada, Time Machine incorpora una palanca profesional Zippy y diez pulsadores -seis de ellos de juego, dos para elegir el número de jugadores y otros dos para manejar las distintas opciones de cada emulador-, al estilo de las máquinas recreativas. Un botón más, con la icónica imagen de una moneda de 25 pesetas, permite al jugador insertar los créditos como si de una máquina real se tratara.
Sencillo, funcional y atractivo, el aspecto de la máquina es sin duda lo más destacado del conjunto y solo se ve lastrado por dos particularidades. Por un lado, el cable que dota de suministro eléctrico al dispositivo es demasiado corto, lo que obligará al jugador a disponer de un enchufe cerca. Por el otro, el dispositivo pesa muy poco y es que los 10 milímetros de espesor que tiene la madera dan al conjunto un toque de fragilidad, si bien no se ha resentido en ningun momento durante las pruebas.
El software
Más allá del diseño del sistema, uno de los elementos claves de la Time Machine es el 'software' con el que viene la máquina, Emulation Station, un programa capaz de emular alrededor de medio centenar de sistemas de todas las épocas: desde la NES de Nintendo hasta el Commodore Amiga, pasando por sistemas arcade a través de MAME o la primera PlayStation. Lo que han hecho Juan José Ovies y su socio Germán Palacio desde su empresa ha sido adaptar ese 'software', que incluyen en una tarjeta Micro SD, a la palanca y los botones que ellos han diseñado para que su funcionamiento sea tan sencillo como enchufar y ponerse a jugar.